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Los principios de Edward Bach en sus esencias florales

Foto del escritor: FISIOARGFISIOARG

El concepto filosófico del Dr. Bach consistía en una concepción universal del alma. Para él era esencial reconocer que el hombre nace con dos aspectos: uno espiritual (el alma, inmortal y sutil) y otro físico (temporal y material), sumando el desarrollo posterior de sus psiquis. Así, como unidad psicofísica-espiritual, su salud va a depender de la armonía de estos tres aspectos.


Podemos observar la estrecha relación filosófica del Dr. Bach con Hipócrates, Paracelso y Hahnemann (entre otros); quienes acordaban que “no existen enfermedades sino seres enfermos”. Para todos ellos, el primer acto de enfermedad se desarrolla en el plano energético y es hacia allí donde se debe dirigir la acción terapéutica.

Este desequilibrio energético provoca un estado mental negativo que proviene de un conflicto, entre el alma, la mente y la personalidad.


Las esencias florales de Bach son la energía universal en sí mismas.
Las esencias florales de Bach son la energía universal en sí mismas.

Según el propio Bach, para entender la naturaleza de la enfermedad hay que reconocer ciertas verdades o principios fundamentales:


1. La unidad inherente del ser humano: El alma es el Ser real, “la chispa divina”, perfecta e inmortal; el cuerpo, su templo terrenal, que le permite expresarse en este mundo a través de la personalidad. En la medida en que se lo permitamos, será ese Ser Divino quien nos protegerá, alentará y guiará siempre hacia nuestro mayor beneficio.


2. Sentido de desarrollo y evolución integral: Nosotros, tal como nos conocemos en este mundo, somos personalidades venidas con la finalidad de obtener todo el conocimiento y experiencia que podamos incorporar a través de la existencia terrenal, para desarrollar las virtudes que nos faltan y eliminar todo lo “malo” dentro de nosotros para así avanzar hacia la perfección de nuestra naturaleza.

El Alma conoce qué entorno y qué circunstancias serán las mejores para conseguirlo y, por lo tanto, nos situará en la circunstancia de la vida que nos resulte más apropiada para ese objetivo.


3. Inmanencia y trascendencia: La vida es un proceso de construcción que va mucho más allá del hoy, aludiendo a un eterno proceso de aprendizaje...

“El breve paso por esta tierra, que conocemos como vida, no es más que un instante en el transcurso de nuestra evolución, así como lo es un día en la escuela en la vida. Y aunque por el momento sólo podamos ver y comprender un día, nuestra intuición nos dice que el nacimiento estuvo infinitamente lejos de nuestro comienzo y la muerte infinitamente lejos de nuestro final. Nuestras almas, que en realidad somos nosotros, son inmortales y los cuerpos, de los que somos conscientes, son temporales, simplemente como si fuesen caballos que montamos para hacer un viaje o instrumentos que utilizamos para realizar un trabajo.”


4. Salud implica armonía entre el Alma y la Personalidad: “Mientras nuestra Alma y personalidad estén en armonía, todo será alegría y paz, felicidad y salud. Es cuando nuestras personalidades se desvían del camino trazado por el Alma que surge un conflicto, ya sea por nuestros propios deseos mundanos o por la persuasión de los demás. Este conflicto es la causa raíz de la enfermedad y la infelicidad. No importa cuál sea nuestro trabajo en el mundo, siempre que hagamos ese trabajo en particular de acuerdo con los dictados del Alma, todo irá bien. Además, podemos estar seguros de que, cualquiera sea la estación de la vida en la que nos coloque, la misma contiene las lecciones y experiencias necesarias en ese momento para nuestra evolución y nos brinda el mejor provecho para el desarrollo de nosotros mismos.”

Si escuchamos los dictados del alma tendremos una vida saludable. Enfermedad/conflicto/infelicidad son reflejo de la disociación entre el alma y la personalidad. Para Bach la enfermedad tiene su génesis en la psiquis humana siendo la expresión física o síntoma lo último en presentarse, éste sería la lección de vida que nos está mostrando un error emocional o mental.


5. La Unidad de todas las cosas: Plantea que la unidad de todas las cosas se encuentra en el amor, la fuerza de unión que interrelaciona todo lo existente con el Universo. Para Bach, entre el creador y lo creado no hay separación (la divinidad constituye todo lo viviente). El cosmos, la naturaleza y la humanidad son expresiones de una única esencia universal. Todas las cosas y todas las personas están relacionadas, influyéndose constantemente en su evolución por ser complementarias. Es así como uno afecta el desarrollo de otro ser humano, puesto que ambos se van acompañando en su proceso de aprendizaje y afectándose mutuamente en la toma de conciencia.

Cometemos errores fundamentales que nos generan infelicidad/conflicto/enfermedad ya sea a nivel personal cuando atentamos contra nosotros mismos, cuando no escuchamos la “voz” de nuestra alma o bien, a nivel social o ambiental, cuando atentamos contra la expresión material de la vida (por ejemplo, afectando el desarrollo de otra persona).

La comprensión sobre dónde estamos cometiendo un error (de lo que a menudo no somos conscientes) y el esfuerzo sincero para corregir la falta conducirán no sólo a una vida de alegría y paz, sino también a la salud.

Vemos entonces que el dolor, el sufrimiento y la enfermedad tienen un propósito de perfeccionamiento espiritual, actúan como manifestaciones de un conflicto entre el alma y la personalidad. Su causa no reside en la materialidad del cuerpo, sino que es un lenguaje del alma, un llamado de atención sobre un conflicto de origen espiritual, mental o emocional, con el único sentido de hacer retornar la personalidad hacia el propósito original de su alma y al camino de la propia individualidad.

Por medio de la sanación de esta expresión (dolor/sufrimiento/síntoma/enfermedad) es como el ser humano accede al autoconocimiento y descubre su origen y su realidad como parte de la esencia universal. De esta forma, la salud emerge como un resultado de la armonía entre la individualidad y el Yo superior que la contiene y guía.


 

El concepto de unidad está relacionado con su concepción de la salud y enfermedad, ya que todos los aspectos del ser, se relacionan y constituyen un todo con los otros seres y con la naturaleza. Las flores son el vehículo que llevan a la persona al encuentro con esa unidad. Su rol extraordinario es desplazar el defecto o error y dar paso armoniosamente y con conciencia al desarrollo de la virtud que nos sana.




 
 
 

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