El riesgo silencioso de las carnes procesadas: lo que tu cuerpo necesita saber
- FISIOARG
- 13 jun
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 22 jun
Vivimos en una cultura donde los fiambres, salchichas y hamburguesas son casi parte del paisaje cotidiano. Están en los desayunos rápidos, las viandas escolares, los sándwiches del trabajo o las picadas con amigos. Pero, ¿alguna vez te preguntaste qué impacto tiene todo esto en tu salud?
¿Qué son las carnes ultraprocesadas?
Las carnes procesadas son productos cárnicos que han sido modificados industrialmente para mejorar su sabor, textura o duración. Para lograrlo, se aplican métodos como el curado, ahumado, salado, fermentación o adición de aditivos químicos.
Alimentos que contienen carne procesada
Estos son los productos más comunes que se consideran carnes procesadas:
Jamón cocido
Jamón crudo (serrano, prosciutto)
Salchichas tipo vienesa o frankfurters
Chorizo y longaniza
Mortadela
Salame y salamín
Tocino / panceta
Bondiola curada
Fiambres de pollo o pavo industriales
Hamburguesas industriales precocidas
Carne en conserva (corned beef, carne enlatada)
Pastrami
Embutidos de todo tipo
Carnes marinadas y listas para cocinar (con aditivos)
¿Qué contienen estas carnes que las hace peligrosas?
Muchas carnes procesadas contienen aditivos como:
Nitrito de sodio (E250)
Nitrato de sodio (E251)
Fosfatos
Glutamato monosódico (E621)
Colorantes y saborizantes artificiales
Exceso de sal y grasas saturadas
Estos compuestos son utilizados para conservar, dar color rosado y prolongar la vida útil de los productos. Sin embargo, algunos de ellos, como los nitratos y nitritos, pueden reaccionar con las proteínas y formar nitrosaminas, sustancias que están asociadas con varios tipos de cáncer.
Riesgos para la salud
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo frecuente de carnes procesadas está relacionado con un aumento del riesgo de:
Cáncer colorrectal
Cáncer de estómago y esófago
Hipertensión arterial
Enfermedades cardiovasculares
Problemas renales
Enfermedades metabólicas
Incluso pequeñas cantidades consumidas diariamente (por ejemplo, una salchicha o 50g de jamón) pueden aumentar el riesgo de cáncer con el tiempo.
¿Qué hacer entonces?
No se trata de caer en el miedo, sino de tomar decisiones conscientes:
Reducí al mínimo el consumo de carnes procesadas.
Optá por carnes frescas cocinadas en casa, sin aditivos.
Leé las etiquetas: evitá productos con E250, E251, glutamato y colorantes artificiales.
Reemplazá fiambres por hummus, palta, legumbres, huevo duro o carnes horneadas en casa.
Buscá opciones con etiqueta: “sin nitritos ni nitratos añadidos” (igual revisá los ingredientes).
Conclusión
Las carnes procesadas están tan integradas en nuestra dieta que a veces ni las notamos. Pero sus efectos acumulativos son reales. Elegir con conciencia es una forma de cuidar tu salud, tu intestino y tu futuro. Cambiar empieza con una pregunta:¿Lo necesito o simplemente me acostumbré?
A través del testaje de alimentos, la Kinesiología Holística permite identificar cómo reacciona tu sistema nervioso, digestivo e inmunológico ante ciertos productos, incluidos los embutidos, fiambres y carnes procesadas. El cuerpo "responde" con claridad cuando algo le resulta tóxico, inflamatorio o incompatible, incluso antes de que aparezcan síntomas clínicos.
Si querés transformar tu salud de forma profunda y consciente, la kinesiología holística puede ayudarte a diseñar una alimentación alineada con tus verdaderas necesidades. Porque no se trata solo de comer "sano", sino de escuchar qué necesita tu cuerpo.
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